miércoles, 16 de abril de 2014

De vivir en un mundo donde se nos oculta la verdad…


 
“El mundo en el que vivimos no es real, ha sido puesto frente a nuestros ojos como un placebo para ocultarnos la verdad”, es el postulado de uno de los mejores filmes noventeros de ciencia ficción. The Matrix (1999), revolucionó la cinematografía con la introducción del “bullet time”. Este recurso visual, aunque fue utilizado con anterioridad en otras cintas (Jumanji, 1995), no fue sino hasta The Matrix que llamó la atención y cobró popularidad entre los creadores. La cinta se convirtió en todo un referente en el género de ciencia ficción; sus escenas, diálogos, argumentos, han sido recreados y emulados un sinfín de ocasiones en otras películas realizadas posteriormente. Sin embargo, esta idea de irrealidad y engaño en el mundo en el que vivimos que postula la cinta, siempre ha existido; gracias a los medios de comunicación, a los intereses políticos y económicos, a nuestros líderes mundiales.
Rob Zombie lanzó su Hellbilly Deluxe un año antes de The Matrix; el primer sencillo de este disco fue “Dragula”; el corte está inspirado en el drag racer del mismo nombre que apareció en el sitcom estadounidense The Munsters. “Dragula” se incluye en el soundtrack de The Matrix como un remix titulado “The Hot Rod Herman Remix” en referencia al episodio de The Munsters donde aparece el bólido.
¿Alguna vez has tenido un sueño que pareciera que fuera real?, ¿y qué si fueras capaz de poder despertar?, ¿cómo sabrías la diferencia entre ese sueño y el mundo real? El hombre creó y desarrolló la Inteligencia Artificial, y fue ésta quien se encargó de generar una simulación virtual, una ilusión colectiva interactiva. Los medios se volvieron hacia el hombre como la máquina. En un mundo ordinario y común, vas al trabajo, asistes a fiestas, pagas tus cuentas, vives… como un esclavo. Con un cable “enchufado” al cerebro somos cultivados para alimentar y dar energía a la máquina.
Las secuencias de acción de la cinta no pueden pensarse siquiera si no son acompañadas con la música de The Prodigy, Meat Beat Manifesto (MBM), Rob Dougan (Rob D). Sintetizadores, drum & bass, trip hop, techno, dub, industrial; atmósferas completamente electrónicas, ideales para el filme.
Todavía después de una trilogía completa; una serie de videojuegos, cortos animados y cómics y una serie de disertaciones filosóficas animadas por la densidad de los diálogos escritos por los hermanos Wachowski, quizá sigamos preguntándonos ¿qué es The Matrix? Cuando ésta es más que evidente frente a nuestros ojos; ¿trabajamos para vivir o vivimos para trabajar? El salvaje capitalismo y la globalización han hecho que se pueda jugar con la economía de un país apostando en el mercado de valores; agotamos nuestros recursos naturales y buscamos maneras absurdas y artificiales para sustituirlos; pasamos saliva amarga tras escuchar la información y las noticias escupidas por medios de comunicación que son propiedad de monopolios, oligopolios, integraciones verticales. Tragamos sin procesar, deglutimos; somos carne en “la parrilla”, “the grid”.
“Rock is dead”, de Marilyn Manson; alude al postulado de uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX, Friedrich Nietzsche, “Dios ha muerto”. Así ha sido para la cultura occidental; ha muerto para ser sustituido por los medios de comunicación, por aquellos que se han encargado de democratizar la estupidez, la banalidad y el consumismo.
El grito de Zack De la Rocha y Rage Against The Machine, “Wake up”, cierra la cinta y llama al despertar. Nada mejor que abrir los ojos con un grito que desgarra la garganta y la guitarra de Tom Morello lanzando acordes metaleros y émulos de scratches. La agrupación siempre se caracterizó por su activismo social; letras rotundas y una clara posición contra la globalización, el capitalismo y la guerra.
¿Dónde está el elegido?, ¿quién podrá cambiar The Matrix a voluntad? Y cuando éste llegue y pueda cumplir ese propósito, ¿quién nos asegura que no mutará en un pervertido dictador como los que ya conocemos?
Sabemos que estamos siendo vigilados. Teléfonos intervenidos, cuentas monitoreadas, control económico a base de impuestos estúpidos, control social a dosis de televisión. ¿Qué eliges, la pastilla roja o la azul?
 

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