Mark y Spud atraviesan Princes
Street a zancadas, un par de guardias de seguridad los persiguen. Decisiones,
todo en la vida se reduce a tomar decisiones; vida, empleo, carrera, familia,
salud, hipoteca, amistades. Amistades, Mark nos presenta a su círculo cercano;
Sick Boy, Tommy, Begbie; a Spud ya lo hemos mencionado, se escucha “Lust for life” de Iggy Pop y Mark declara que si de elecciones de trata, él ha
elegido no elegir la vida, ¿las razones?, no las hay, ¿quién necesita razones
cuando tiene heroína? Joven lujurioso, siente deseo apasionado, apetito
descontrolado.
“Lust for life” fue uno de los dos discos que David Bowie produjo
para Iggy Pop. “La Iguana”, había estado recluido en una institución para
enfermos mentales como resultado de su exacerbado consumo de drogas después de cerrar
capítulo con The Stooges. Bowie lo “rescató” para llevarlo a Berlín en una
especie de intervención. El corte quedó como anillo al dedo para la
introducción de la obra maestra de Danny Boyle “Trainspotting” (La vida en el abismo, 1996).
El término “Trainspotting” es utilizado en el argot escocés para referirse al
acto de buscar una vena para inyectarse heroína, el término anglosajón se
utiliza para referirse a la afición de observar trenes. Fin a primera acotación
al margen.
Regresando al asunto de las
elecciones, ahora Mark ha elegido meterse un par de supositorios de opio
provistos por Mikey Forrester, un punk cuya única posesión parece ser un
colchón que descansa sobre el suelo en una lúgubre habitación. La situación es
cómica, él busca algo que lo “coloque” y para poder lograrlo tendrá que “darse
por el culo”. Nuevamente, las elecciones y sus consecuencias. Suena “Habanera” de la ópera Carmen de Bizet.
El filme está basado en la novela
con el mismo título de Irvine Welsh. El escritor aparece en la película
haciendo el papel de Mikey Forrester, el punk proveedor de supositorios de
opio. Segunda acotación al margen.
“Deep blue day” de Bian Eno
mientras Mark se sumerge en un retrete buscando los supositorios de opio que
supone ha defecado. Más consecuencias de las propias elecciones.
Hasta aquí el filme se ha vuelto
denso y bastante pacheco, a estas alturas parece que ya captamos bien la idea
del planteamiento de Boyle y el escrito de Welsh, ¿para qué elegir un modelo de
vida? Seguir a la masa y llevar una vida normal es complicado. Vivir al día,
individual y sin controversias puede ser la opción para un junkie enganchado.
Cuando su lanzamiento, la
película provocó una serie de controversias, alguien dijo que fomentaba el uso
de drogas en los jóvenes. La realidad es que su éxito se debió al abordaje
crudo y real acerca de dicho tema. Acotación al margen número tres.
Mark mira un video porno grabado
por Tommy, en él aparecen éste y su novia Lizzy; en ese momento tiene una
suerte de epifanía y se da cuenta que quizá lo que necesita en su patética vida
es una pareja sentimental. En la discoteca suena “Temptation” de Heaven 17,
la banda que se formó a inicios de los 80 con dos de los miembros originales de
The Human League. Mark conoce a la
voz de su conciencia personificada en Diane.
Mientras Mark se desintoxica
encerrado en su habitación, escuchamos “Dark
& Long” de la banda inglesa de música electrónica Underworld. “Born slippy”,
de la misma agrupación ha sido uno de los máximos éxitos comerciales de la
banda, la cual mostraba en ese año de 1996 una notable madurez musical logrando
un espectacular efecto al mezclar techno, house, elementos pop y drum &
bass.
Mark está limpio pero aburrido y
en depresión, su amigo Tommy tiene VIH y muere poco tiempo después por
toxoplasmosis, eligió no limpiar los desechos de su gato. Con los amigos que
quedan en el grupo, Sick Boy, Spud y Begbie; se aventura a un deal de heroína
que les hace ganar un botín de 16,000 libras. Buen pretexto para inyectarse una
dosis, dejar la rehabilitación y elegir verificar la pureza del producto. La
verdad es que Mark nunca se regenerará; es un junkie enganchado, a los vicios,
a una existencia cíclica y vana, a lo patético de su vida y a la mala calidad
de sus elecciones.
“Transpotting” es considerada todo una pieza de culto. Danny Boyle
declaró en algún momento la intención de filmar una secuela 10 años después,
quería esperar a que los actores envejecieran visiblemente. De esos 10 años ya
han pasado 18. Acotación al margen número cuatro y punto final.
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